¿Y si conectamos con la Luna?: Lectura a Carolunart

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Interés incrementado en cuarentena por este satélite

Muchas actividades nuevas se están realizando en este periodo de aislamiento, sobre todo aquellas que contribuyen a calmar esa ansiedad generalizada que nos aqueja por el difícil momento pandémico que nos envuelve. Una de ellas, y de la cual quiero hablar hoy, es el interés por la Luna. ¿Por qué de pronto este astro está llamando tanto nuestra atención?

Leyendo a Carolunart

Sabemos que la Luna es el satélite natural de la Tierra, que nos acompaña visiblemente cada noche y que hay momentos que la vemos completa en su máximo esplendor y otros en que aparece como una sonrisa luminosa; incluso puede ser de conocimiento general que su presencia influye en las mareas. ¿Pero sabemos cómo nos influye y cómo nos conectamos con ella?

Un lugar, (mi punto de partida), que me entregó mucho del conocimiento que hoy poseo es la cuenta de Instagram de Carolunart. Allí se encuentra mucha información, con la cual es fácil resonar, que más adelante detallaré. Así que, hice tiempo entre mis horarios de teletrabajo y empecé un camino muy inesperado pero gratificante de entender que la Luna es más que esas características comúnmente conocidas. Creo que alzar la mirada por la noches y ver cómo esa bola gigante y luminosa se mueve compartiendo compás con nuestro paso, es algo que cualquiera puede hacer y puede utilizar.

¿Cómo hacemos para sentir y hacer uso de ese enlace con la Luna?

El viaje de la Luna

Nos vendría bien conocer ciertos puntos previos para concretar nuestras citas con este plateado planeta: el signo zodiacal por el que está transitando, cómo eso puede hacernos sentir y sus fases. La información está y si la necesitamos clara, detallada y, además ilustrada, podemos acudir a las publicaciones de Carolunart para encontrar un calendario mensual de las etapas lunares y hasta saber el periodo de vacío lunar.

Sabiendo estos detalles podemos intentar sincronizar nuestras acciones con el viaje de la Luna. La invitación está hecha y a continuación les cuento qué aconseja hacer Carolunart según el momento del ciclo.

¿Qué hacer en cada fase lunar?

LUNA NUEVA

Momento ideal para intencionar ¿cómo hacemos esto? Primero agradecemos y meditamos para conectar con nosotros/as mismo/as. Tras esto, entonces, sí procedemos a escribir eso que queremos manifestar en nuestras vidas; en el fondo, nuestras intenciones. Podemos hacer de ese momento uno especial, buscando un lugar tranquilo que nos inspire, prendiendo velas, mirando piedras, plantas o algo que nos reconecte y permita plantar mejor nuestras intenciones.

Como dato, es un buen momento para limpiar espacios de la forma que sintamos adecuada.

LUNA CRECIENTE

La Luna ya ha avanzado en su recorrido y es momento para accionar eso que antes habíamos intencionado. Es hora de trabajar y cultivar amistades, planes, relaciones, etc.

Te dejo el siguiente dato: si quieres que tu pelo crezca rápido, ahora es cuando cortarlo.

LUNA LLENA

¡Hora de cosechar! Podemos ver manifestado eso que al comienzo del ciclo era nuestra intención. Para esto siempre es aconsejable conectar con nuestra intuición que en esta fase está al cien. Acceder a ella resulta más fácil meditando, respirando hondo y escribiendo para reconectar.

Dato útil: ¡momento perfecto para limpiar nuestras piedras y hacer agua de luna!

LUNA MENGUANTE

Tiempo de hacer espacio para lo nuevo, deshacernos de lo que no sirve. Podemos soltar eso que nos impide crecer, para esto podemos escribir en un papel aquello de lo que nos estamos despidiendo y podemos luego quemarlo o botarlo. Nos preparamos para empezar de nuevo.

Y, entonces, ¿por qué conectar con la Luna?

A final de un tiempo leyendo toda esta información y realizando estos pequeños rituales de cada fase lunar, creo que puedo aventurarme a dar respuesta a la pregunta del principio: ¿Por qué de pronto este astro está llamando tanto nuestra atención? Puede ser porque ahora, que no podemos ir al exterior, no nos queda otra opción que ir hacia el interior y hay cierto consuelo en sentir que algo hermoso, poderoso y gigante, como la Luna, acompaña nuestros procesos. Hay cierta contención en la idea de que, si queremos, podemos hacer danzar nuestra energía a la par con la suya, cuando entendemos que lo que separa afuera y adentro, no es más que un espejo.